El brote del ébola en el oeste de África ha tenido fuertes repercusiones en el precio de los alimentos y en las cosechas en las regiones afectadas, según ha advertido hoy la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma.
La agricultura de Liberia, Sierra Leona y Guinea -los tres países más afectados por la epidemia- está sufriendo enormemente y los alimentos se han encarecido o escasean debido a las limitaciones de viajes y las zonas de cuarentena que impiden el comercio y el transporte.
Ello ha provocado compras masivas, escasez de algunos alimentos y el encarecimiento extremo de otros, señala la FAO. "El acceso a los alimentos se ha convertido en una preocupación urgente para mucha gente en los tres países afectados y sus vecinos", ha explicado Bukar Tijani, responsable de la FAO en África.
Otro problema es la inminente temporada de las cosechas de maíz y el arroz, para las que faltan trabajadores en las granjas debido a las limitaciones en los viajes y la huida de muchas familias. "Con el peligro de las cosechas y las limitaciones al comercio y transporte de productos, la inseguridad alimenticia podría aumentar aún más en las próximas semanas y meses", advirtió Tijani.
El brote de ébola tendrá además consecuencias a largo plazo para la agricultura, por lo que el suministro de alimentos de mucha gente está en peligro, añadió.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) dijo en Ginebra que lanzó una operación de emergencia para alimentar a 1,3 millones de personas que se encuentran en zonas de cuarentena y centros de salud en los tres países.
Por su parte, el vicesecretario general de la ONU, Jan Eliasson,comparó el desafío que es para la comunidad internacional el brote de ébola con el que fueron el tsunami de 2004 en el océano Índico o el terremoto que asoló Haití en 2010.
"Se trata de una de las crisis de salud más graves que la ONU enfrentó jamás", indicó Eliasson en Nueva York. "La situación es crítica, alarmante, pero lo vamos a lograr". La epidemia es un test para la infraestructura de los países afectados y la solidaridad mundial, añadió.
"Este brote es más grande, más complejo y grave que todo lo que hemos visto en los 40 años de historia del ébola", sostuvo por su parte la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan. "Alrededor de 3.500 casos y unos 1.500 muertos: nunca antes tuvo tal dimensión. Esta vez están afectadas por primera vez también zonas densamente pobladas, lo que constituye un desafío particular".
El mundo debe ayudar, con expertos, material o dinero, instó la funcionaria. "Es una amenaza global. Pero este brote puede ser y será controlado. Sabemos qué hay que hacer y lo haremos".
En cambio, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) opina que "el mundo está perdiendo la batalla para contener la peor epidemia de ébola de la historia". El mundo reaccionó demasiado tarde, y cuando lo hizo procedió muy lentamente. "Los países que tienen la posibilidad de responder frente a un brote semejante deben enviar de inmediato expertos y material a las regiones afectadas", indicó MSF.
Muchos países podrían enviar equipos civiles o militares, pero no lo hacen. "El mero anuncio de donaciones o el viaje de unos pocos expertos no solucionan el problema", advirtió la presidenta internacional de MSF, Joanne Liu.
En Sierra Leona los empleados de uno de los mayores hospitales del país se encontraban en huelga este martes para protestar por la falta de elementos de protección adecuados para tratar a pacientes con ébola, así como una paga adicional. "El gobierno no nos ha dado el equipo de seguridad necesario para protegernos del mortal virus del ébola, que ha matado a mucha gente inocente, entre ellos enfermeros y médicos", dijo Mariana Jalloh, una enfermera del hospital Connaught de la capital, Freetown. "No estamos tranquilos porque tememos contraer el ébola en cualquier momento", añadió Fatmata Samura, otra enfermera en huelga.
La viceministra de Salud, Madina Rahman, dijo que el gobierno hará todo lo posible para "garantizar que sus preocupaciones sean resueltas".
Hasta el 26 de agosto había 1.026 casos sospechosos o confirmados de ébola en Sierra Leona, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de los cuales 422 han muerto.
Mientras tanto, la cifra de víctimas mortales por el brote aislado de ébola en la República Democrática del Congo asciende a 31, según informó el ministro de Salud, citado hoy por Radio Okapi. La semana pasada, la OMS había reportado 13 casos mortales en esta nación africana. Según la OMS, el brote de ébola en la República Democrática del Congo se debe a una transmisión del virus a través del consumo de animales salvajes.
La primera víctima fue una mujer embarazada que comió carne de un animal salvaje y poco después contrajo fiebre muy alta. En los rituales asociados con el entierro de la mujer, que murió el 11 de agosto, así como en su atención previa en un centro de salud, el virus se transmitió a otras personas.
En total, según la OMS, ya hay más de 3.000 casos de ébola en los países afectados del oeste de África, de los cuales 1.500 han fallecido. De todas formas, se teme que la cifra real sea mayor, ya que muchas familias ocultan a los enfermos y muchos casos que se registran en regiones apartadas no son contabilizados.
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